No quiero sonar uno más del montón cuando menciono a Steve Jobs como un referente para todos los que aspiramos a ser emprendedores o empresarios de éxito. La realidad es que luego de leer su biografía creo que una historia como la suya es irrepetible, y sólo unos pocos tocados con la varita son capaces de lograr algo tan brillante como lo que logró él en cada empresa que fundó, especialmente Apple.
En este posteo me gustaría hacer un punteo de las lecciones que nos deja Steve Jobs sobre las buenas prácticas para ser un líder que guíe a su equipo al éxito.
Es de conocimiento público que Steve Jobs no era un líder o un jefe común. Era muy exigente e incluso maltrataba a sus empleados. Esto es lo que dijo cuando le preguntaron por qué era tan desagradable con la mayoría de sus empleados:
“Toda esta gente con la que trabajo son personas inteligentes, y cualquier de ellos podría conseguir un trabajo en otra empresa si de verdad sintieran que los trato de forma insensible. Pero no se van. Y conseguimos crear cosas grandiosas.”
Steve Jobs
Lección 1: Concentrate.
Cuando Jobs regresó a Apple en 1997 la compañía estaba produciendo toda una serie de ordenadores y periféricos entre los que se incluían 12 versiones diferentes de Machintosh. Steve suspendió la fabricación de todos los dispositivos y le dijo a su equipo que se centren en cuatro productos que fueran excelentes.
“Decidir lo que no hay que hacer es tan importante como decidir lo que hay que hacer. Esto sirve para las empresas, y también para los productos.”
Steve Jobs
Lección 2: Simplifica.
Jobs aprendió a admirar la sencillez cuando trabajaba en el turno de noche en Atari tras dejar los estudios en la universidad. El notó que las únicas instrucciones de los juegos eran:
1. Introduce una moneda.
2. A jugar!
Mientras se diseñaba la interfaz del iPod, Jobs insistía en que debía ser capaz de acceder a cualquier opción que el quisiera con solo 3 clics. Steve Jobs planteó deshacerse del botón de encendido y apagado, lo que dejó desconcertados a los miembros del equipo de desarrollo; pero que después se dieron cuenta que en realidad no era necesario.
“La sencillez es la máxima sofisticación.”
Steve Jobs
Lección 3: Responsabilizate de todo el proceso.
Jobs sabía que la mejor forma de alcanzar la sencillez era asegurarse de que el hardware, el software y los periféricos estén firmemente integrados. Es por esto que Apple asumía la responsabilidad completa de la experiencia del usuario. Desde el funcionamiento del microprocesador del iPhone hasta la compra del teléfono en la tienda Apple, todos los aspectos relacionados con la experiencia del cliente estaban unidos.
Parte de la obsesión de Jobs por responsabilizarse de lo que él llamaba “el paquete completo” era fruto de su personalidad, que era muy controladora. Sin embargo, también obedecía a su pasión por la perfección y por crear productos elegantes.
Lección 4: Cuando te quedes atrás da un salto adelante.
El distintivo de una empresa innovadora no es solo ser la primera en tener nuevas ideas, también es saber cómo dar un salto al frente cuando se encuentra rezagada. Esto es lo que ocurrió cuando Jobs diseño el primer iMac, que no era una computadora adaptada para la gestión de la música.
En lugar de limitarse a alcanzar a los demás actualizando la unidad de disco del iMac, decidió crear la tienda iTunes y el iPod, que revolucionaron la industria musical.
Al poco tiempo vio como amenaza que otras empresas de teléfonos móviles añadan reproductores de música en sus aparatos, por lo que decidió canibalizar las ventas del iPod mediante la creación del iPhone.
“Si no nos devoramos a nosotros mismos, lo hará otro”
Steve Jobs
Hasta acá llegamos con las primeras tres lecciones de Steve Jobs para ser un gran líder y visionario empresario. Estas lecciones nos enseñan que tan importante es tener una mente preparada para emprender e innovar, como para transmitir las ideas a tu equipo y lograr que crean en vos y te sigan sin dudarlo.
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