14 lecciones del liderazgo de Steve Jobs (Parte 3)

14 lecciones del liderazgo de Steve Jobs (Parte 3)

Llegamos al último posteo sobre las lecciones de liderazgo de Steve Jobs. Ya vimos su faceta perfeccionista, y cómo conseguía inspirar a los demás para mantener a su equipo motivado y con ganas de innovar constantemente.

Lección 10: Trabaja sólo con los mejores

Jobs era conocido por su impaciencia, su mal genio, y lo exigente que era con los que le rodeaban. Sin embargo, ya aprendimos que su trato con los demás era fruto de su pasión por la perfección y de su deseo de trabajar únicamente con los mejores. Era su forma de evitar lo que él denominaba “la proliferación de estúpidos” que se produce cuando los encargados de una empresa son tan educados que la gente mediocre se siente cómoda sin hacer nada. Él creía que su trabajo consistía en ser sincero, aunque corriera el riesgo de ser desconsiderado con los demás.

Es importante valorar que la tosquedad y aspereza de Jobs iban acompañadas de una gran capacidad para inspirar a los demás. Lograba infundir en los empleados de Apple una irrefrenable pasión por crear productos de vanguardia y la confianza en que podían lograr lo que parecía imposible. Y debemos juzgarlo por sus resultados.

“He aprendido con el paso de los años que cuando contas con gente muy buena no necesitas estar siempre encima de ellos. Si esperas que hagas grandes cosas, podes conseguir que las hagan. Preguntale a cualquier de los miembros del equipo que creó el Mac. Todos te dirán que el sufrimiento valió la pena.”

Steve Jobs

Lección 11: Fomenta el cara a cara

Jobs era un gran defensor de las reuniones cara a cara. Creía que la creatividad surgía en las reuniones espontáneas, en las discusiones imprevistas. Decía que era una locura creer que las ideas pueden desarrollarse a través de mensajes de correo electrónico o por chat.

Con esta filosofía fue que diseñó las oficinas de Pixar de forma que potenciara los encuentros y las colaboraciones casuales. Las puertas de entrada, las escaleras, los pasillos y las salas de conferencia conducían a un hall principal. La cafetería y los casilleros del correo se encontraban allí. Esto hacía que cada día surjan encuentros casuales con gente que de otra forma no verían, y se logró que el edificio promoviera la colaboración y la creatividad con gran eficacia.

Por último, Jobs detestaba las presentaciones formales, pero le encantaban las reuniones informales cara a cara. Reunía a diferentes equipos cada semana para discutir ideas sin un orden del día prefijado. Las presentaciones con diapositivas estaban prohibidas.

“Detesto que la gente recurra a las diapositivas en lugar de pensar. La gente se enfrentaba a los problemas creando una presentación. Yo quería que se comprometieran, que discutieran los temas sentados en una mesa, en lugar de mostrarme un puñado de diapositivas. La gente que sabe de qué está hablando no necesita Power Point.”

Steve Jobs

Lección 12: Mantén una visión general sin olvidar los detalles

Jobs se volcaba con pasión tanto en los grandes temas como en los menos importantes. Algunos directivos son muy buenos a la hora de formarse una visión de conjunto, y otros son gestores que saben que Dios está en los detalles. Jobs era ambas cosas.

Un ejemplo claro de esto es en 2010, cuando Apple comenzó a construir un inmenso complejo de servidores para que todos los contenidos de los usuarios pudieran subirse a la nube y quedasen perfectamente sincronizados con los demás dispositivos personales. Incluso cuando estaba llevando a cabo estos grandes proyectos, seguía dándole vueltas a la forma y el color de los tornillos que irían en el interior del iMac.

Lección 13: Combina las humanidades y las ciencias

Jobs vinculó las humanidades con las ciencias, la creatividad con la tecnología, el arte con la ingeniería. Hubo mejores tecnólogos, y sin dudas mejores diseñadores y artistas. Pero nadie más en nuestra era pudo combinar mejor la poesía y los procesadores, y potenciar con ello la innovación. Y lo hizo con una intuición innata acerca de las estrategias de mercado.

Creo que la creatividad que puede desarrollarse cuando se combina un interés por las ciencias y por las humanidades con una personalidad fuerte, será la clave para la creación de economías innovadoras en el Siglo XXI.

Lección 14: Sigue hambriento, sigue insensato

Steve Jobs fue el resultado de los dos grandes movimientos sociales que surgieron en la zona de la bahía de San Francisco a finales de los años 60.

El primer movimiento social fue la contracultura de los hippies y los activistas bélicos, que se distinguía por las drogas psicodélicas, la música rock y el desafío a la autoridad.

El segundo movimiento social fue la cultura tecnológica y hacker de Silicon Valley, llena de ingenieros, amantes de la tecnología, piratas telefónicos, ciberpunks y emprendedores de garaje.

Jobs, que fue un hippy, un rebelde, un buscador de iluminación espiritual, un pirata telefónico y un aficionado a la electrónica, y mantuvo esa voracidad e insensatez durante toda su carrera al asegurarse que las facetas empresariales y de ingeniería de su personalidad siempre estuvieran combinadas con una veta hippy e inconformista de los días en que fue un rebelde de temperamento artístico que consumía ácido y andaba en busca de la iluminación.


Terminamos esta recopilación de lecciones de Steve Jobs con su campaña de Marketing más conocida cuando regresó a Apple:

“Piensa diferente. Este es un homenaje a los locos, a los inadaptados, a los rebeldes, a los alborotadores, a las fichas redondas en los huecos cuadrados. Aunque los vean como locos, nosotros vemos su genio. Porque las personas lo bastante locas para pensar que pueden cambiar el mundo son las que lo cambian.”

Steve Jobs

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