6 simples preguntas para tener una idea de negocio

6 simples preguntas para tener una idea de negocio

Existe el mito de que las empresas de éxito empiezan con grandes visiones de negocio. O sea, que para alcanzar el éxito, el emprendedor desde el arranque tiene que plantearse objetivos inconmensurables y que van a cambiar el mundo en el que vivimos.

Pero en realidad es precisamente lo contrario. Las grandes empresas empiezan haciéndose alguna de estas simples preguntas:

Pregunta 1: ¿Y entonces que?

La pregunta surge al detectar o predecir una tendencia. Funciona de la siguiente manera:

Detecto una tendencia: Todo el mundo tendrá acceso a un smartphone con cámara e internet dentro de un años.

Pregunta: ¿Y entonces qué?

Hago una hipótesis basada en la tendencia: Entonces la gente va a poder hacer fotos y compartirlas.

Pregunta: ¿Y entonces qué?

Idea: Entonces .. Deberíamos crear una app que permita a la gente subir sus fotos, que la puedan compartir con sus amigos y ellos puedan valorarla y comentarla.

Producto final: Se creó Instagram!

Pregunta 2: ¿No es esto interesante?

Este método está impulsado por la curiosidad intelectual y el descubrimiento casual. Un empredendedor descubre un negocio motivado por sus intereses y su espíritu curioso. Es más fácil explicarlo, contándoles dos historias muy conocidas:

Ray Kroc era un vendedor de electrodométicos hasta que le llamó la atención una compra inusual de ocho batidoras para un restaurante situado en el medio de la nada. Fue a visitar el restaurante por simple curiosidad y quedó impresionado por el éxito que éste tenía. Gracias a este hallazgo, presentó la idea de crear una cadena de restaurantes similares a Richard y Maurice McDonald, así se fundó McDonald’s.

Spencer Silver fue un químico estadounidense que estaba intentando crear un pegamento super resistente, pero acabó creando una sustancia que mantiene el papel ligeramente unido. Este descubrimiento fue el origen de las Post-it Notes.

Ambas historias cuentan cómo es importante mantener un espíritu curioso y explorador. Saber entender las situaciones que se presentan y sacarles el máximo provecho, a la vez que, como en el caso de los Post-it, poder convertir lo que se podría haber sido catalogado como un experimento fallido en un producto distinto al buscado, pero igualmente comercializable para otros beneficios.

Pregunta 3: ¿Existe una manera mejor de hacerlo?

Este es mi favorito. El sello distintivo de los emprendedores que deciden este camino es la frustración por el actual estado de las cosas, el status quo.

«Todo lo que gira en torno a ti y que llamas vida está formado por personas menos inteligentes, tú puedes cambiarlo, influir, construyendo cosas que otros pueden utilizar»

Steve Jobs

Tenemos el caso de Ferdinand Porsche que dijo: «Todo empezó cuando miré a mi alrededor y, como no encontraba el coche de mis sueños decidí construirlo.»

Steve Wozniak (cofundador de Apple) creía que existía una mejor manera de acceder a una computadora que trabajando para una universidad, una empresa grande o el Gobierno, y creó la computadora portátil.

Larry Page y Sergey Brin pensaron que medir enlaces internos era una mejor manera de establecer prioridades en los resultados de la búsqueda por internet y lanzaron Google.

Hay cientos de ejemplos de personas como vos y como yo que comienzan con su emprendimiento por una insatisfacción. Ven algo que no les gusta y se reconocen capaces de hacer un cambio y mejorarlo.

Como dijo Steve Jobs, las personas lo bastante locas para pensar que pueden cambiar algo en el mundo, son las que lo logran.

Pregunta 4: ¿Por qué mi empresa no lo hace?

En este caso el impulsor del cambio es el aburrimiento o la frustración en el puesto de trabajo.

La historia del empleado que conoce a los clientes, conoce la industria, conoce el mercado y sus necesidades. Le presenta una idea de negocio a la gerencia de la empresa, entendiendo que es lo que el cliente necesita, pero no le hacen caso. Esto lo motiva al emprendedor a renunciar y hacer él mismo.

Pregunta 5: Es factible, entonces, ¿por qué no lo hacemos?

Crear un producto o servicio innovador significar estar siempre trabajando en terreno desconocido. Es por eso que a la hora de tomar la decisión, es más importante buscar los motivos para no intentarlo. Si lo que se quiere crear es factible, no debería haber razón suficiente para no arriesgarse.

En los años setenta, Motorola inventó el teléfono móvil. Un aparato que era un concepto incomprensible para la mayoría de las personas. Martin Cooper y los ingenieros de Motorola decidieron seguir adelante y fabricarlo, a pesar de no saber si el producto era algo que la gente iba a querer, o siquiera entender.

No permitas que nadie te diga que la teoría de «si lo fabricamos, la gente lo va a comprar» no funciona.

Pregunta 6: ¿Dónde está la debilidad del líder del mercado?

Ver las debilidades de un competencia, y sobretodo del líder de mercado pueden ayudarte a tomar la delantera y satisfacer mejor las necesidades de tu cliente. Existen tres errores que puede estar cometiendo el líder del mercado.

El primer error se da cuando el líder está comprometido con una única forma de hacer negocios. IBM, por ejemplo, vendía sus computadoras a través de distribuidores, de modo que Dell consiguió innovar vendiendo directamente.

El segundo error se da cuando los clientes del líder están insatisfechos. Un ejemplo fue la necesidad de tener que desplazarse a los locales de la cadena de Blockbuster para recoger y devolver los VHS y DVDs. Eso le abrió las puertas a Netflix, que al principio ofrecía un servicio de membresía sin penalizaciones por no devolver las películas.

El tercer error se da cuando el líder del mercado vive de ordeñar siempre la misma vaca y deja de innovar. Esto fue lo que hizo vulnerable a Microsoft Office frente a Google Docs.


La pregunta de cómo ganamos dinero de todo esto, no entra en este capítulo. Creo que como emprendedor necesitas primero encontrar un problema que te interpele, que te duela.

El surgimiento de las grandes empresas está en el deseo de querer dar respuesta a preguntas muy simples que cambien el mundo, no en el deseo de hacerse ricos.

En los momentos de turbulencia que enfrentarás como emprendedor, no te mantendrá lo suficientemente motivado las ganas de ganar dinero. Tiene que haber un incentivo mayor y más profundo.

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