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A la gente le encanta la idea del emprendedor solitario, líder y que lo puede todo: Steve Jobs (Apple), Mark Zuckerberg (Facebook), Henry Ford (Ford) y Marcos Galperín (Mercado Libre). Pero ninguna de estas historias hubiese sido posible si no fuese porque estuvieron acompañados desde el principio.

Es fundamental encontrar esos compañeros de ruta que te van a acompañar en tu aventura.

Las empresas de éxito suelen empezar, y alcanzar el éxito, con el trabajo de al menos dos compañeros de ruta. Después, la gente suele reconocer a uno de los fundadores como el emprendedor innovador, pero para que una nueva idea o iniciativa funcione, hace falta un equipo.

Derek Sivers, fundador de CD Baby, mostró un video en una charla TED en 2010 donde una persona está bailando y prácticamente haciendo el rídiculo. Hasta que se le suma una segunda persona, porque ve que lo que hace es fácil y divertido; y luego una tercera y una cuarta y termina conviriténdose en una gran fiesta con mucha gente bailando.

Según Sivers, el primer seguidor desempeña un papel importante porque aporta credibilidad al líder. El líder en esta metáfora sería el emprendedor con la idea loca innovadora.

Los seguidores que llegan a continuación copian y siguen al primer seguidor, no sólo al líder. El primer seguidor es tan importante como el líder. Es un líder en sí mismo, y en la creación de emprendimientos ese primer seguidor es el cofundador.

«El primer seguidor es lo que transforma el loco solitario en líder»

Derek Sivers

Los compañeros de ruta / cofundadores deben tener tanto similitudes como diferencias.

Las similitudes principales deseables son:

Compartir la visión

A pesar de haberse convertido en una palabra demasiado utilizada por cualquiera que haya leído un libro de Marketing, en el contexto de los compañeros de ruta, significa que los fundadores comparten un pensamiento similar en cuanto a cómo evolucionarán tanto el emprendimiento que están encarando como el mercado en el que competirán.

Si un fundador cree que los libros digitales se van a convertir en la principal fuente de lectura en los próximos años, y el otro cree que será imposible que los ebooks y pdf reemplacen a la experiencia de leer sobre papel impreso, y que nunca se producirá ese cambio; es claro que no formarán una buena pareja para comenzar un negocio en esta industria.

Aspiraciones en tamaño

No todo el mundo desea construir la empresa más grande y exitosa del mundo. No todo el mundo quiere vivir para trabajar.

En esto no hay respuestas buenas y respuestas malas, sólo existen coincidencias y no coincidencias. Es importarte asociarte con personas que tengan las mismas aspiraciones y expectativas que tiene uno.

Esto no significa que los fundadores tengan que saber de entrada qué quieren, pero siempre es mejor que al menos al principio tengan el mismo objetivo en mente.

Mismo compromiso

Los fundadores deberían compartir un nivel similar de compromiso. Con compromiso nos referimos a qué ocupa el primer lugar en las prioridades de cada fundador.

Al igual que en el punto de las ambiciones y las expectativas, no hay respuestas incorrectas. Lo importantes es que los fundadores tengan prioridades similares, de lo contrario será muy difícil el trabajo colaborativo.

Las diferencias deseables más destacadas son:

Experiencias complementarias

La mayoría de los emprendimientos necesitan como mínimo una persona para crear el producto (Steve Wozniak) y otra persona para venderlo (Steve Jobs).

Para cumplir con el objetivo de construir una gran empresa, los fundadores deben tener habilidades complementarias.

Orientaciones complementarias

Hay emprendedores que les encanta estar atrás de cada detalle, y hay otros que deciden ignorar los detalles y preocuparse por la visión más global del negocio.

Para alcanzar el éxito, un emprendimiento necesita ambos tipos de personalidades.

Puntos de vista diferentes

Cuantos más puntos de vista se puedan tener en un proyecto, mejor.

Con puntos de vista me refiero a cualquier diferencia que nos podamos imaginar: de edad, de género, de clase social, de profesión, de religión, de orientación sexual, de lugar donde hayamos crecido ..

Todas las diferencias que podamos aportar al emprendimiento por parte de los fundadores, van a hacer más rico el trabajo y el producto final.

Finalmente, unos consejos sobre seleccionar a tus compañeros de ruta:

No te apures en elegir a tus compañeros de ruta

Los fundadores de un emprendimiento, si Dios quiere, pueden terminar trabajando juntos durante décadas. Elegílos, por lo tanto, como si eligieras a tu pareja.. siempre que no seas un muy mal seleccionador de parejas.

Es mejor tener pocos fundadores que demasiados. Romper con los fundadores , igual que con una pareja, es complicado.

No incorpores socios sólo para mejorar el financiamiento

La razón de incorporar más socios – o cualquier empleado de hecho, pero muy especialmente socios – es fortalecer el emprendimiento y aumentar sus probabilidades de éxito.

Cada vez que estés a las puertas de sumar a alguien más al equipo, y éste esté trayendo dinero o recursos, hacete la siguiente pregunta: «¿Contrataría a esta persona si no necesitáramos financiamiento?». Si la respuesta es no, no cometas la locura de contratarlo.

Suponer lo mejor, pero planificar para lo peor

Los equipos de fundadores se disuelven mucho más seguido de lo que creemos.

Tu emprendimiento podría ser la excepción, pero por las dudas, es necesario hacer que todos los socios (incluido vos) tengan los derechos de venta sobre sus acciones con el paso del tiempo. De este modo vas a impedir que la gente abandone el proyecto antes de los primeros cuatro años y que posea una gran cantidad de acciones.

Para esto se utiliza un Acuerdo de Vesting donde se pone un horizonte temporal definido para que cada socio tenga el control de sus acciones, o se pactan objetivos definidos.

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Estos son algunos consejos que tengo para la elección de un equipo sólido y con el que te sientas cómodo de trabajar cada día. Es muy importante buscar en tus socios las habilidades necesarias complementarias para llevar adelante el proyecto, pero sin dejar de lado una visión compartida sobre a dónde quieren que vaya la empresa y el compromiso que le pondrán para lograr su éxito.

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