Esta semana me tomé el tiempo para reflexionar sobre todas las cosas que están pasando a nivel país y sociedad durante esta cuarentena. No debo ser el único al que le inunda el sentimiento de rabia y de angustia cuando ve diferencias de pensamiento tan importantes en temas que desde nuestra perspectiva parecen básicos e indiscutibles.
No es mi intención en este artículo hablar de política, pero quiero comentar de donde salió mi necesidad de buscar más información sobre por qué a veces parece que los que menos saben, son los que más saben; mientras que los realmente expertos en el tema no son los únicos en hablar.
Bertrand Russell, filósofo y matemático del Siglo XX decía que «el problema de la humanidad es que los estúpidos están seguros de todo y los inteligentes están llenos de dudas». Y varios habremos escuchado alguna vez decir que «la ignorancia es muy atrevida».
Resulta que para Diciembre de 1999 un par de psicólogos pudieron constatar de manera experimental que el pensamiento de Russell se cumple en toda regla, definiendo así el efecto Dunning-Kruger.
El efecto Dunning-Kruger
Justin Kruger y David Dunning, dos psicólogos que detectaron mediante una serie de experimentos un sesgo cognitivo que existe en todos nosotros.
Este sesgo hace que quienes tienen escaso conocimiento en un tema consideran que saben más de lo que realmente saben, mientras que las personas con mayor conocimiento tienden a pensar que aún les queda mucho por aprender. A esto se le conoce como el efecto Dunnnig-Kruger.
Como dije, en 1999 los psicólogos Kruger y Dunning realizaron una investigación muy interesante que los llevó a identificar este efecto. Su artículo original se tituló: «Unskilled and Uanaware of It: How Difficulties in Recognizing One’s Own Incompetence Lead to Inflated Self-Assesments» o en español: «Inexpertos e ignorantes: cómo las dificultades para reconocer la propia incompetencia conducen a autoevaluaciones infladas».
«Las personas que tienen un escaso conocimiento tienden sistemáticamente a pensar que saben mucho más de lo que saben debido a que su propia incompetencia les dificulta reconocer sus errores y limitaciones»
Justin Kruger y David Dunning
En esta publicación nos explican que las personas, en general nos equivocamos a la hora de valorar nuestras propias habilidades.
En vez de pensar que tenemos menos capacidades que las reales, tendemos a valorarlas por demás. A esto se lo conoce como superioridad ilusoria, y hace que la mayoría de nosotros nos consideremos a nosotros mismos mejores de lo que realmente somos.
Está claro que existen personas con más o menos conocimiento en alguna materia, pero lo que descubrieron estos psicólogos es que la propia incompetencia de las personas incompetentes en un tema es la que les impide darse cuenta de lo incompetentes que son. A esto se lo conoce como incompetencia inconsciente.
Ya se que parece un trabalenguas, pero básicamente lo interesante es que ahora podemos entender que necesitamos las mismas habilidades y conocimientos para saber de un tema, y para detectar el nivel de nuestro conocimiento.
El experimento
Dunning y Kruger diseñaron una serie de experimentos en el que le pidieron a varios grupos de personas que llevaran a cabo una tarea determinada, y que luego valoraran su ejecución.
Su hipótesis era que los más incompetentes en realizar dicha tarea serían los que no se darían cuenta de esa falta de habilidad.
Y la hipótesis se cumplió! A lo largo de las diferentes evaluaciones que hicieron, los psicólogos pudieron observar que quienes sacaron puntuaciones más bajas fueron quienes más sobrestimaron su propia capacidad.
Podemos ver en el siguiente gráfico la diferencia presente entre la ejecución real (línea azul) y el conocimiento percibido (línea verde).
Conforme aumenta la capacidad real de la persona, se acorta la diferencia entre lo que se percibe y la realidad. Llegando al punto en el que los más capacitados subestiman su propio conocimiento, pensando que lo estaban haciendo peor de lo que realmente lo hicieron.
Las personas más capacitadas sufren de otro sesgo cognitivo conocido como falso consenso. Éste les hace pensar que los demás lo habían hecho mejor de lo que ellos lo habían hecho.
El pensamiento interno de estas personas es que, al ya tener las habilidades incorporadas y reconocerlas como fáciles, entienden que también lo son para los demás.
Este sesgo se resuelve fácilmente. Simplemente es necesario mostrar el resultado y los conocimientos de los demás para que ellos mismos calibren correctamente su juicio.
Resultado de la investigación
Los psicólogos llegaron a la conclusión que hay un camino a transitar por cada persona mientras adquiere nuevos conocimientos sobre una materia.
En ese camino experimentará diferentes niveles de confianza sobre los competente que realmente es, no siendo este auto reconocimiento lineal a los conocimientos adquiridos.
En el siguiente gráfico se muestra el camino que sigue una persona al desarrollar una habilidad o conocimiento nuevo.
En el eje horizontal tenemos el nivel de conocimientos que alguien tiene en un área específica, y en el eje vertical tenemos el nivel de confianza que cada persona tiene en sus capacidades.
Cuando alguien no tiene ni idea de un tema, su nivel de confianza es muy baja o nula. Pero, a la que adquiere un poco de conocimiento del tema, se eleva rápidamente su confianza creyéndose incluso más capacitado que expertos en la materia: «el monte de la ignorancia».
Conforme la persona sigue aprendiendo sobre el tema, normalmente descubre que en realidad había más por conocer. Y a la vez que va adquiriendo conocimientos, es más capaz de reconocer su propia incompetencia en el tema, hasta llegar al nivel más bajo de confianza: «el valle de la desesperación».
Una vez en este punto, si sigue aprendiendo poco a poco irá aumentando su confianza y dominando más la materia, hasta llegar a un nivel de confianza más acorde con su real conocimiento.
Todos sufrimos de este efecto
No hay que sentirse tontos, ni es mi intención con este artículo tratar de ignorante a nadie. En realidad, la enseñanza es que todos somos ignorantes inconscientes de algo.
Pensemos en nuestro comportamiento cuando estamos viendo un partido de fútbol y nos sentimos capacitados para opinar sobre como debería formar un equipo o jugar un delantero… cuando la mayoría de nosotros nunca jugó ni un partido a nivel profesional.
También es verdad que somos ignorantes muchas veces cuando miramos el resumen de noticias y criticamos las decisiones políticas pensando, sin suficiente conocimiento y experiencia que nosotros podríamos hacerlo mejor.
Y pensemos tan solo en estas últimas semanas, que todos nos volvimos opinólogos y expertos en conocimientos tan profundos como la infectología y la epidiomiología. Llegamos al límite incluso de creer que por ver algunos videos en YouTube sabemos más que médicos expertos. Una auténtica locura, si nos lo ponemos a pensar.
Lo importante con esto, y el mensaje que me gustaría dejar es que, entendiendo el efecto Dunning-Kruger, sabemos que los conocimientos que necesitamos para hacer un análisis epidemiológico son los mismos que necesitamos para evaluar si la otra persona está en lo correcto o lo está haciendo bien. En palabras futboleras, si nunca tuvimos la experiencia de patear un penal en un estadio de 60.000 personas, no somos competentes para opinar cómo se debería hacer.
Conclusión
Escribiendo este artículo me quedo con la enseñanza personal de que brindando más información y conocimientos a las personas con menos conocimiento en un tema, progresivamente aumentará también su capacidad para darse cuenta de su incompetencia, a la vez que se vuelven más competentes.
Charles Darwin decía: «la ignorancia genera confianza con más frecuencia que el conocimiento». Es de aquí que vemos la arrogancia frecuente en los estudiantes o jóvenes, y la humildad que solemos ver en los maestros o mayores. Aunque es verdad que no siempre es el caso.
Personalmente creo que es una forma esperanzadora de verlo en muchos aspectos. Podemos verlo para encarar con más ánimos conversaciones y discusiones constructivas donde debatamos ideas que construyan un país mejor y más justo.
Como también pienso en un emprendedor especialista en una materia que presenta su idea a sus amigos, familiares o un grupo de inversores, y es rechazada su idea.
Podría ser el caso, y no digo que siempre lo sea, que por el efecto Dunning-Kruger ninguno de ellos esté capacitado siquiera para entender la idea de negocio que está presentando el experto.
Probablemente conocer esto nos puede también ayudar a ser un poquito más humildes y reconocer nuestros desconocimientos cuando nos enfrentamos a un tema del que no contamos con suficiente información.
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