Tercer post del blog, y ya estoy contando que renuncié. No se cómo me hará quedar esto, pero la realidad es que mi espíritu curioso, inquieto y millennial me puede más que nada.
¿De qué trabajaba?
No llegué a contar, pero hasta ayer trabajaba para una empresa china de forma remota desde mi casa en La Coruña, España. Antes de mudarme definitivamente a España, donde estoy hace más de un año, estuve viviendo 4 meses en Changzhou, China familiarizándome con mis nuevos compañeros de trabajo y los productos que tenía que comercializar.
Me contrataron como Desarrollador de Negocios Internacionales, con el objetivo de abrir mercado en Europa. Inmediato a mi llegada, les propuse también que me asignen los territorios de Latinoamérica y África, ya que veía un gran potencial la venta en esos mercados (más del 80% de mis ventas fue en estos mercados).
La empresa era una fábrica de máquinas de cortado y pelado de cables, por lo que mi trabajo era 100% B2B. Como ya te imaginarás acepté el desafío por la gran experiencia que suponía trabajar y vivir en China por una temporada, y la oportunidad de aprender de una nueva industria de la que sinceramente no sabía nada.
En algún otro post contaré todas las experiencias divertidas, estresantes y reveladoras que viví mientras estaba en China, pero por ahora me gustaría contarles por qué decidí renunciar y por qué voy a pensarlo dos veces la próxima vez que quiera trabajar con chinos.
La cultura del trabajo en China
Después de más de un año de trabajo, comprendí que la cultura china es impresionante en lo que respecta a esfuerzos y sacrificios que se hacen por su trabajo.
Realmente la cultura del trabajo es muy grande y sacrificada, y a pesar de mostrar buenos resultados, es difícil contentar a los jefes del país asiático si no se demuestran ojeras de no dormir pensando en cómo vender un poco más.
Esto venía de la mano con otro conflicto que tuve, que fue la no asignación de objetivos claros. El objetivo que me pedían cada trimestre era VENDER MÁS.
Yo desde mis estudios y mi experiencia, entendía que la apertura de nuevos mercados, y sobretodo con un producto de nicho y de alta tecnología, requiere de buscar posicionamiento generando un contacto personal con los clientes, y haciéndose de un nombre a través del boca en boca positivo con los primeros clientes de cada país.
Abrir nuevos mercados lleva tiempo, y la diferencia de objetivos alcanzables que tenía con mis jefes en China generaba algunos roces a la hora de presentar resultados.
¿Por que renuncié?
Finalmente, el gran problema que tuve y que me hizo tomar la decisión de renunciar fue el pobre servicio postventa que le daban a mis clientes una vez yo concretaba la venta.
Como el objetivo de ellos era vender – vender – vender, no tenían un proceso muy claro para responder a las emergencias que podían surgir con sus máquinas en el extranjero. Esto hacía que los clientes que lograba cerrar, no recomienden la empresa que representaba y en una industria tan chica en cada país, era muy difícil abrir más mercado en esas condiciones.
La gran decisión tomada vino de la mano de entender que me estaba perjudicando a mí, en mi imagen profesional como vendedor. Yo no era responsable del servicio postventa, pero para los clientes yo era su referente y era el responsable de la falta de compromiso después de la venta.
No estaba de acuerdo con estas políticas y decidí dar un paso al costado para conservar mi reputación.
Reflexiones finales ..
Me gustaría cerrar este post con una aclaración que creo sumamente necesaria. De ninguna forma mi intención es decir que todos los chinos tienen esta forma de trabajar. Esta historia sólo se basa en mi experiencia personal.
No quiero dejar de mencionar la increíble hospitalidad que me dieron como extranjero cuando llegué a su país, y el apoyo que me brindaron desde el primero al último día.
La realidad es que se han portado estupendamente bien conmigo, y los problemas que tuvimos a la hora de trabajar fueron diferencias en las formas de llevar adelante el negocio. Por eso.. A tener cuidado!
Desde ese punto, creo que China y la cultura de trabajo china ofrece un mundo de posibilidades, y me encantaría volver a probar una nueva experiencia; siempre teniendo en cuenta la lección aprendida.
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