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Hace unas semanas leí un paper que me quedó dando vueltas en la cabeza por muchos días. Un artículo que habla de una virtud particular que muchas personas tienen. Una virtud que siento que me enseñaron de chico, tanto mi familia como mi escuela, pero que hasta ahora no sabía como expresarla con palabras.

Este paper se llama «Integridad: Un modelo positivo que incorpora los fenómenos normativos de moralidad, ética y legalidad» y fue presentado en Harvard Business School.

Los autores del paper son el economista Michael Jensen, Steve Zaffron y Werner Erhard y nos cuenta qué se entiende por integridad y cuál es la importancia de que cada uno de nosotros vivamos y nos relacionemos en una forma íntegra con los demás y con nosotros mismos.

En este post me gustaría repasar algunos de los conceptos que me parecieron más destacables del paper, así como algunas reflexiones que tuve a partir de la lectura.

Si quieren leer el paper completo, lo pueden descargar gratuitamente en el link que les dejo a continuación: https://papers.ssrn.com/sol3/papers.cfm?abstract_id=920625

Intentaré resumir la idea principal a continuación, pero los invito a que lean el paper completo ya que no tiene desperdicio.

La integridad, la ética y la moral

Los autores del paper nos definen la integridad de la forma más simple. Nos dicen que la integridad es el valor de la palabra de una persona, ni más ni menos.

Nos cuentan que entienden que existe una clara diferencia entre la integridad, y la ética y la moral.

Mientras que estos tres fenómenos se perciben como estándares de lo que significa un comportamiento correcto, la integridad se diferencia en que no existe una buena o mala integridad, sino que una persona la tiene o no la tiene.

La moral y la ética en cambio son conceptos que lidian constantemente con las cuestiones del bien y el mal, de lo correcto y lo incorrecto. La moral se refiere a los estándares que tiene una sociedad en relación al comportamiento de una persona o grupo en una sociedad, mientras que la ética es el conjunto de valores que aplican a los miembros de un grupo u organización.

La palabra, como definición

El paper nos enseña que «la palabra de una persona» engloba los siguientes conceptos:

1. Lo que decimos. Lo que decimos que vamos o no vamos a hacer, y en el caso de hacerlo, que sea a tiempo.
2. Lo que sabemos. Lo que sabemos que haremos y lo que sabemos que no haremos, y en el caso de saber que lo haremos, hacerlo en el tiempo acordado.
3. Lo que se espera. Lo que se espera que hagamos o no hagamos (incluso cuando no se exprese explícitamente), y en el caso de que se espere que lo hagamos, hacerlo en el tiempo acordado.
4. Lo que decimos que es. Cada vez que hemos dado nuestra palabra a otros en cuanto a la existencia de algo, se está dispuesto a rendir cuentas y que se presentarán evidencias de lo afirmado, siendo esto otro motivo de validez para los demás.
5. Lo que decimos que defendemos. Lo que creemos y defendemos, lo hayamos expresado en forma de declaración o lo hayamos guardado para nosotros mismos, es también parte de nuestra palabra.
6. Los estándares sociales, éticos y legales del gobierno de una sociedad o un grupo del que queremos disfrutar los beneficios de ser miembro son parte de nuestra palabra, a menos que hayamos expresado públicamente nuestra intención de no cumplir con esos estándares y estemos dispuestos a asumir las consecuencias de ello.

¿Cómo ser íntegro?

Los autores creen que la integridad es tan importante para una persona que la definen como un estado o condición de sentirse completo, inquebrantable y en perfectas condiciones. Entonces, como vimos anteriormente, podemos pensar que una persona se siente completa cuando su palabra tiene valor, y su palabra tiene valor cuando es honrada.

Podemos hacer honor a nuestra palabra de dos maneras… Yo siempre pensé que la única forma posible era cumpliendo siempre nuestras promesas, pero gracias a la lectura de este paper me dí cuenta que hay otra forma en caso de no poder cumplirlas.

La segunda manera es ser consciente que no estaremos en condiciones de cumplir nuestra palabra, e informar a las personas con quienes nos comprometimos cuanto antes y colaborar para solucionar el problema que ésto pudo haber ocasionado.

Realmente, entender esto me quitó una gran peso de encima en muchos aspectos de mi vida. En la vida cotidiana uno se compromete a muchas cosas y da su palabra de buena fe, aunque no siempre podrá cumplirlas llegado el momento. Entendiendo esto, podemos seguir sintiéndonos íntegros y nuestra palabra puede seguir teniendo valor si podemos detectar cuando no seremos capaces de mantener nuestra palabra y avisar inmediatamente.

Entonces, si estás pensando en ser una persona íntegra, debes pensar muy cuidadosamente antes de darle tu palabra a alguien, y nunca deberías comprometerte a dos cosas que sean mutuamente inconsistentes.

Ser íntegro con uno mismo

La piedra fundacional de la integridad de cada persona comienza con el diálogo interno. Comprometerse a ser íntegro con uno mismo, y honrar sus propios acuerdos.

Las dos declaraciones que cada persona tiene que hacer son:

«Quien soy es mi palabra»

«Me doy mi palabra que soy una persona íntegra».

Si no estamos comprometidos al darnos la palabra a nosotros mismos, perdemos la oportunidad de mantener nuestra integridad traicionando nuestra propia palabra. Tanto sea en cuestiones cotidianas como comprometernos a levantarnos temprano mañana para una sesión de entrenamiento intensivo o, en cosas más importantes como mantener la fidelidad en nuestras relaciones de parejas, si es el caso que se haya hecho ese acuerdo.

Fallándonos a nosotros mismos, nos sacamos la virtud de ser íntegros, a la vez que estaremos proyectando una imagen de inconsistencia, inconfiabilidad e imprevisibilidad a los demás.

Integridad en el trabajo

El paper nos cuenta que la integridad es importante para los individuos y las organizaciones porque crea buenas prácticas de trabajo, y eso además de lograr mayor confianza entre las personas, genera un incremento en el rendimiento.

Los autores creen que la gente ve a la integridad como una virtud «linda de tener», pero no muchos son capaces de relacionar la integridad con la productividad que esta puede generar.

Como contamos antes, entendemos que una organización es íntegra cuando respeta su palabra. Esto incluye que nada está oculto, no existen engaños ni falsedades, ni violaciones de contrato o de derechos de propiedad, etc.

La organización debe honrar su palabra tanto interna como externamente. Internamente, entre los miembros de la organización, y externamente, entre la organización y aquellos con los que se relaciona, principalmente sus clientes y proveedores.

Por último, el economista señala que la «Ley de la Integridad» no es la única buena práctica necesaria para mejorar el rendimiento en una organización, pero sí es tan importante como que, si no se promueve lo suficiente sería tan catastrófico como querer ir en contra de la Ley de la Gravedad tirándose de un avión sin paracaídas.

En pocas palabras, sin integridad el fracaso de una organización es inminente.

Reflexión final

Personalmente siempre tuve la integridad como un valor o virtud muy importante, pero nunca supe que esa era la palabra que estaba buscando.

Este paper me ayudo a tener más claros estos conceptos. Saber que es lo que quiero ser y proyectar, y lo que quiero buscar en las demás personas y en las organizaciones con las que me involucre.

Intenté resumir en algunas líneas los pensamientos de los autores de este paper. Espero sinceramente que les haya parecido tan interesante y enriquecedor como lo fue para mí.

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